Nos conducimos y relacionamos de acuerdo a los modelos aprendidos desde nuestra niñez. Junto a estos modelos, existen ciertos mitos, creencias, prejuicios sobre las relaciones interfamiliares que están muy arraigados en la población y nos hacen creer que la familia debe funcionar de acuerdo a ciertos patrones o esquemas que han ido pasando de generación en generación y que han sido consideradas como algo común y “normal” en las relaciones interfamiliares. Muchas de las conductas aprendidas, al igual que ciertas creencias y mitos, atentan contra el desarrollo autónomo y saludable de las personas y por ello constituyen violencia familiar.
viernes, 6 de febrero de 2009
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